Maneko Shambhala.

por Caroline. Lun Mar 16, 2015 2:23 pm

Shambhala. La historia detrás de Maneko.

Las leyendas rústicas de Maneko, y en algunas páginas de los libros polvosos que habitan las bibliotecas de Maneko, comunican sobre un estado habitable a las afueras de la ciudad. A lo lejos se encuentran con montañas y caminos rocosos, pero al final del bosque, más allá de la vista se halla un pueblecillo, que con esfuerzos sigue en pie. Su hermoso paisaje que envuelven las nubes blancas, se puede distinguir. Las personas que habitan el lugar no son más que mayores de edad, no pasando de los setenta años. Muchos hablan diferentes idiomas que es poco reconocible para el oído humano.

Los rumores existen. El libro de los Tres Sagrados existe en algún lugar recóndito de la ciudad, del pueblo que aún con esfuerzo sigue en pie. Se dicen que los Alores, llegarán para gobernar el pequeño pueblo. Las resistencias que contiene el mismo, son débiles, son escasas. Lo gigantes formados de rocas, son los guardianes, mejor llamados como Yadtar, que de igual forma las tropas de los Alores son mayores que cualquier tropa. ¿Por qué gobernar un estado en donde la gente se encuentra neutra? Única respuesta: Los Tres Sagrados, donde la información de todas las ciudades que profundizan en lo subterráneo, contiene más que sólo letras plasmadas en hojas, sino, contiene el poder absoluto, la línea de la juventud y monedas de oro. La riqueza es lo único que desean y gobernar la ciudad era lo que les quedaba por hacer, no por ir y pedir el libro se los darían por las buenas. Conquistar era lo que pensaban en el momento.

Alores, provienen de las lejanías de todo lo que se conoce como Lado Oscuro o como su nombre político: Quiverrain. Ningún alma puede sobrevivir ante tanta oscuridad en un solo lugar. La acumulación de los extraños entes que habitan, los aventureros más grandiosos de todo los tiempos, que no temían de nada, morían al atravesar no menos de un kilómetro. La oscuridad absorbía toda luz visible de sus cuerpos, dejándolos sólo en huesos. O es era lo que se rumoreaba a la afueras del estado.

En ambos estados se encontraban pequeñas ciudades formadas por aldeanos. No en guerra, no en nada. Las áreas de las tabernas se hallaban repletas por las grandes noticias que acontecían entre ambos estados que colindaban con el pequeño estado que se había formado poco después de la segunda guerra de Alois. Sin embargo, todo cambió años después. Las personas que habitaban el estado, Kohrja llamado éste, observaron como las tropas de Alores se formaban para atacar a Shambhala. Pero una tormenta llegó desprevenidamente el día y la guerra que conformaría parte de la historia de Maneko. La tormenta estaba conformada por granizo, nieve y viento fuerte. Nadie de ambos bandos se podía mover ni atacar como quisiera, el estado de Shambhala era bien aplaudido por su gran ingenio y por su fuerte de controlar el agua y tierra a su favor.

Quivarrain y Shambhala, habían quedado en una conclusión, nadie ganó la batalla de eso se encontraba seguro, pero aquella tormenta que bajó ese día, no fue más que por venir de algo extremadamente grande. En la conclusión se llegó: el libro de los Tres Sagrados sigue intacto, pero el estado de Quivarrain sigue en pie, intentando alcanzar lo que alguna vez le pudo haber pertenecido. Mientras los años pasaron, la guerra que por nombre se tomará Guerra del Sagrado, llegó a su fin.

Los estados permanecieron intactos, el estado de Kohrja fue creciendo conforme la tecnología para ellos avanzaba, hasta que las ruinas de lo que eran las aldeas quedaron por edificaciones mayores. Ahora las enormes construcciones se podían ver desde lo alto de las montañas que habitaban Shambhala. Durante todo el periodo inactivo del estado, la plantación que crecía en el lugar fue acrecentando hasta llegar ser ruinas.

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Intentaba ser cautelosa en dar las pisadas, pero las ramas de los árboles caídos hacían eco en las botas que llevaba puestas. Tronaban cada que pisaba una, sin embargo volteó tan rápidamente al encontrarse el estado de Kohrja a sus pies, levantándose entre la tierra que seca se encontraba bajo las suelas de sus zapatos. Encontró interesante el lugar. Su vestimenta era primaveral, con un short de un color naranja con una linda blusa delgada del mismo color con encajes de un color café oscuro, con un lindo escote que tenía en medio una flor pequeña de un color que se distinguía como color amarillo. Sus zapatos eran cómodos, para poder correr cuando lo necesitara.

En su espalda llevaba colgando sus flechas con un arco en mano, mientras que en su cinturón del short se hallaba algo sobresaliente. Una funda de espada, con símbolos élficos que ni ella sabría explicar qué significaban los mismo, aunque algunos probablemente. Su cabello castaño y ondulado volaba libremente conforme el aire lo tocaba. El aire fresco se podía respirar. Parpadeó algunos segundos después de escuchar un estruendo proveniente de una de las torres que se alzaban de la ciudad en ruinas. La soledad hacía que el eco hiciera compañía.

Se adentró a lo profundo de la ciudad, ubicando la torre. Las casas carcomiéndose por la vegetación mientras eran cubiertas por la tierra que invadía el lugar. — ¿Hola?— preguntó sin más. Su voz se escuchó con eco, se había adentrado a una de las tabernas más populares del lugar. No tenía miedo, era valiente y lo sabía. Posó su fina mano en una de las flechas, sintiendo la suavidad de la pluma, mientras que con otra tocaba su arco. ¿Quién aparte de ella osaba a visitar el estado de Kohrja?

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Spoiler:

por Slyfersakura Jue Mar 19, 2015 2:57 pm

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CUL sentía nostalgia al viajar por las tierras manekianas, y aun que compartía el color de cabello y ojos con la emperatriz, al igual que una fuerte determinación, pero solo la ligaba a su deber, el cariño que le profesaba a esta, al igual que el de sus hermanas.
Su transporte era un simple vehículo todo terreno, detrás de ella tres trasportes militares con recursos para una base temporal, y con personal mínimo, de hecho solo 6 ICS
Pero había pedido ser asignada a esa misión menor por la noticia de una misteriosa ciudad.

Cuando llegaron a las primeras ruinas, los ICSS establecieron una base, solo uno acompañaba a CUL, e iba disfrazado, ya fuese por ser una extraña maquina o por que los lugareños tuvieran algún resentimiento contra el imperio, por cualquier motivo, simplemente parecía un hombre alto cubierto de pies a cabeza con capas y ropas de viajero.
CUL por su parte llevaba su ropa estándar, y prefería explorar a estar construyendo.

Al separarse de los demás, las ruinas llamaron su atención y si confiaba en su vista, a lo lejos una ciudad, ir a pie le sentaba bien, pero si encontraba un obstáculo difícil de flanquear volvería por recursos.
Ni siquiera llevaba armas pesada, un sencillo Kilij, regalo de la emperatriz, era una espada especial, fabricada exclusivamente para la familia imperial, sabia usarlo y pensaba que ello le bastaba, el lugar era lejano por lo cual los “monstruos usuarios” con sus poderes no estarían en los alrededores.
Las provisiones las llevaba su acompañante y guardaespaldas.

Conforme cruzaban las primeras ruinas, pensó escuchar a alguien, se detuvo y grito en medio de lo que quedaba de la calle.

¿Hola?

Acciones:

Con cuidado se había establecido un fuerte pequeño, alrededor de él, una muralla pequeña protegía un floreciente negocio, el comercio entre los diversos puntos y el imperio hacia que aquel lugar poco a poco incrementase su población y por ende su fuerza militar.

De ahí se coordinaban muchos proyectos de exploración y colonización, poco a poco el imperio ponía estructura en aquellos lugares abandonados, al menos en sus bordes.

por Caroline. Lun Feb 15, 2016 12:27 am

Se había percatado de otras energías que se encontraban exactamente en el lugar en el que ella se hallaba. Con rostro fijo y agarrando su arco y flecha de la misma manera, intentó agacharse un poco. Sus brillantes ojos de un color extravagante, seguían el movimiento de las sombras de algunas hojas de los árboles que caían libremente.

Aclarándose nuevamente su garganta, preguntó de nuevo. "¿Hola?", pero el eco no se hizo esperar hasta que halló interesante una respuesta a la gran interrogante suya. Un externo hola se escuchó.

—Esto no puede estar pasando. —intenta controlarse a sí misma para no perder los estribos.

Eso no tenía que estar pasando, ¿quién más tenía contemplado visitar el estado de Kohjra? Apretó su puño en el que sostenía firmemente la flecha y la guardó en el sitio adecuado para caminar con la precaución necesaria hasta estar afuera del enorme edificio; encontró, por vaya sorpresa suya, un apr de ICSS, ¿la emperatriz visitando este desconocido lugar?, ¡ni ella ni nadie sabía de estos lugares muy afuera de Maneko! Frunce el ceño para escabullirse de la vista de esos enormes robots.

Sin sentirse atemorizada, descubre, que a lo lejos —luego de ver un par de comercios totalmente deshabitados—, una chica de cabello rojizo se presenta en la vista de Anri. Alza una ceja con tanta duda en su mente que decide seguirla.

—Así que te entrometes en el territorio desconocido, ¿eh? —sonríe mientras camina con demasiada cautela.

Acciones:

por Slyfersakura Vie Feb 19, 2016 4:43 pm

Había pasado tiempo, ¿Cuanto? No lo recordaba. Pero si mucho.
Saludos -Dijo CUL, se mantenía calmada, pero se notaba que portaba un extraño artefacto. Soy CUL, una de las sirvientes del Imperio, sirvo a la princesa Æiris y a la emperatriz de lo que resta de Maneko City.
Realizo una reverencia y mostró un emblema.
Bajo el nuevo mando me ha sido encargado buscar miembros de Maneko.
En su voz no había altanería ni presunción, solo voz de mando.
Veo que estas son tierras inexploradas. La emperatriz busca forjar una alianza con las tierras y esta en busca de los antiguos generales. No queremos guerra pero si osan desafiar al imperio sabrán e nuestro poder.
Ahora ¿Quien eres tú?

por Caroline. Dom Mar 27, 2016 6:56 pm

Se había detenido para observar la gran máquina que posaba enfrente suyo. Su voz robótica no se hizo esperar demasiado, por lo que la chica sólo levantó un poco su mano en señal de protección. ¿Quién quería gobernar esta ciudad ya abandonada?

Miro de pies a cabeza la máquina aún con un poco de duda respecto al Imperio. ¿Qué querían?, ¿qué era lo que deseaban?

Casi con un porte de indignación se dio la media vuelta con manos llevándolas a los costados de su cintura y negando con debilidad su cabeza. Suelta un suspiro.

—Soy la última de los Kensington. No son muy hablados, pero eran grandes magos y hechiceros. —rueda los ojos. —Soy Kamal, y dudo mucho que alguien les incite a una guerra; no hay nadie a la redonda, y si lo hubiese, tú, amigo mío, ya estarías hecho engranajes. No hay nada interesante por aquí, así que pueden retirarse de aquí.

por Slyfersakura Mar Abr 12, 2016 9:19 am

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CUL asintió dándole la razón a Kamal.
Hablas con sabiduría, ultima de los Kensington. Pero me temo que no podemos retirarnos.
La joven se sentó en el suelo, acción que imitaron sus ICSS-02, a lo cual siguió hablando.
Estas son tierras baldías, todo recurso ya fue explotado, pero la meta del sacro imperio no es la guerra por conquista, o por recursos... eso ultimo si.
Buscamos un recurso.
Algo mas valioso que cualquier material preciado. Incluso mas vital que el agua o el aire en estos lados.
Déjame explicarte, pues soy solo una representante.
Señalo a sus 5 guardianes.
Ellos son los legendarios ICSS...
Me acompañan para buscar a... ti... Tu, por así decirlo, eres el recurso que buscamos.
Antes de continuar... puedes contarme la historia de estas ruinas??? Al imperio le interesa saber tu origen, si puedes, cuentanos.

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