La cabaña del bosque.

El sol mañanero golpeaba suavemente calentando lo que había dejado la fría noche, despertando a las aves y mamíferos del lugar, hincando que el día había comenzado y que por lo tanto era tiempo de comenzar a buscar a alimento, horas después, 3 individuos salieron de la cabaña que estaba ubicada en el medio del bosque, los 3 portaban ropajes y capuchas de diferentes colores, Azul, Amarillo y Verde, a los 3 se les veía parciamente el rostro. El trio se despidió de los que estaban dentro del a cabaña, una voz desde dentro de la misma respondía al a despedida.

Dentro, estaba un sujeto sumamente algo, con piel pálida, vestía una bata color salmón y tenía el pelo desaliñado y unas gafas de media luna algo torcidas. Bostezando múltiples veces, Milos se acercó a lo que parecía ser una cafetera, tomando una taza de la alacena y vertió el café en ella. Justamente mientras Milos agregaba crema y azúcar, se escucharon varios pasos tras él, Milos se giró con una sonrisa, preparo otra taza y se la extendió a su Maestro.

Milos: Buenos Días Señor –Dijo con total cordialidad y un buen y feliz semblante.

El maestre no dijo nada de momento, tomo la taza, tenía una pijama color negro, sin capucha, su tez era morena, casi de la misma forma que Christopher, el grandulón del grupo, pero en donde se suponía que debía de haber una cabeza, había fuego negro que provenía desde su cuello, en sus hombros, un collar pequeño con una joya del mismo color incrustada.

Maestre: ¿Dónde están los demás? –Dijo luego de mirar a su alrededor, para luego “beber” del café recién servido.

Milos: Fueron a buscar provisiones, Galet y Christopher fueron a pescar.

Maestre: Saben que odio el pescado –Interrumpió este, con aparente tono irritado.

Milos: Y lo saben –Dijo casi cuando este le interrumpió. Por eso Jade fue a buscar bayas que estaban cerca del rio, digamos que tanta carne puede cansar a los chicos.

Maestre: Supongo –El maestre se dirigió a la mesa de la misma cocina, al sentarse tomo el azucarero de la mesa, pero rápidamente Milos se lo retiro de la mano.

Milos: ¿Hasta cuándo cree que estaremos aquí? –Dijo colocando el azucarero lejos de su propio maestro. Creo que tenía entendido que solo 5 meses pero han pasado medio año, ¿no cree que es mucho tiempo para que alguien diera con nosotros?

Maestre: Milos, esta cabaña no está muy bien escondida que digamos, alguien con 2 dedos de frente pudiera dar con nosotros desde hace mucho… o no somos prioridad o el imperio tiene muy poca vigilancia, aunque…creo que ya no faltaría mucho para que alguien diese con nosotros…

Los pasos sobre el rodeo a la cabaña que dio el misterioso hombre se escucharon desde dentro, el Mago Milos dejo la taza de café en la mesa y se puso alerta, en cuanto al Maestre, este entrelazo sus dedos esperando a que tocara la puerta.

Maestre: ¿Los muchachos ya llegaron?

Milos: No…creo aún están en el rio, está a menos de un kilómetro y medio, les dije que buscaran pescado para el almuerzo y la cena.

Maestre: No cenare bayas Milos –Contesto, algo irritado.

Milos: ¿Por qué cree que le quite la azucarera? Se dé primeras que no come mariscos Señor.

El maestre se quedó callado, que le quitara la azucarera solo daba un indicio y solo una persona tuvo la idea de ello.

Maestre: Pastel de bayas…. Jade como te amo.

Aun así, ambos tenían que resolver el misterio del sonido, parecía que la teoría del maestre se cumplía.

Maestre: Te lo dije, este lugar no está muy escondido y me sorprende que hasta ahora por fin lo encontraran –Dijo en voz baja, esperando a que este tocara la puerta, que finalmente sonó, pero era el sonido de un timbre. ¿Tenemos timbre? –Pregunto el maestre incrédulo.

Milos: Digamos… que lo instale hace una semana Maestro.

El maestre intento agudizo el oído, se percató que la voz se parecía a alguien conocido, pero no encontraba su nombre, de hecho no lo recordaba. La pregunta le extraño más que alguien estuviera en su puerta. “¿Quién era y porque buscaba a un Shapeshifting en la lejanía del bosque?” El maestre hizo un ademan a Milos y este se dirigió a la puerta este la abrió y recibió al invitado con una reverencia, apartándose de la puerta con cordialidad y dejando entre ver el interior de la cabaña.

Maestre: Bienvenido joven moderador, tenemos café y pronto pescado y pastel de morras y bayas para almorzar o cenar. –Intentaba mirarlo a la cara, no distinguía quien era, pero aun así eso de momento no importaba. Pero cuénteme primero… a que se refiere con un “¿Cambia formas?”


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En el Rio el trio estaba ya en la orilla, en el canasto apenas habían unos cuantos peces, 2 salmones y una trucha mediana, en la pesca, Christopher y Galet tenían las cañas, a 80 metros, Jade aun con su capucha puesta recogía bayas y moras en una canasta de tamaño mediano.

Galet: Vamos, papa quiere una carpa, al menos de un kilo y medio.

Christopher: Dudo mucho que naden por esta zona, a menos tienes salmón, eso sí que es una novedad.

Galet: Si, el salmón está bien, ¿pero as probado la carpa? Es lo mejor. ¿Hey Jade, necesitas ayuda con eso? –Le grito desde la lejanía.

Jade: No, gracias. –Respondió con su voz falsa.

Christopher: No hay nadie aquí, puedes dejar de fingir.

Jade: Saben bien…-Suspirando, la joven carraspeo por un momento, su voz se volvió dulce, melodiosa y bastante femenina. Que no me gusta usarla, puede venir alguien.

Galet: ¿Quién? ¿Los salmones? Por favor, además cuando finges se nota…un poco.

Ambos escucharon la descripción que dejaba entredicho el forastero, el maestre no se inmuto ni se movió ante las explicaciones, solamente se limitó a “mirar” a Gian mientras entrelazaba los dedos ni cuando menciono que era un experimento, puesto que de alguna forma, no le parecía raro, en la ciudad blanca habían todo tipo de individuos que experimentaban con lo que sea, por lo que estos se escaparan no era raro, hasta era habitual en sus viejos tiempos. En cuanto a Milos, este se acercó al cristal y lo tomo entre sus manos, brillante, con una luz entre fría y cálida.

Milos: Me dice que la criatura… su aura mágica es parecida a esta… ¿No es así? No será difícil rastrearla si aún su “huella” está fresca –Y dicho esto, se dirigió a uno de los cuartos aun en pijamas con el cristal en la mano.

Maestre: Hum… -El maestre dio un pequeño quejido. Dándonos trabajo aun en nuestras “vacaciones” –Dijo de forma humorística. Pero tranquilo… no te cobraremos, no es necesario… tómalo como un favor Gian... Solo dímelo si lo quieres vivo o muerto, nos especializamos más en lo primero, pero podemos hacer lo segundo. Aunque nunca me debes una por… ¡Bah! No importa –Y se dirigió a la puerta del cuarto del mago, se paró justamente en el marco de esta. ¿Tienes algo para rastrearla?

Milos: Creo que si –Grito desde el cuarto, al poco rato el mago salió vestido con una capucha color crema blanco, que hacia juego con su tono de piel entre blanco y grisáceo leve, en sus axilas portaba un grueso libro algo desgastado y 2 rollos de mapa que los desenvolvió en la mesa. Si nuestro invitado dice que esto se parece a su aura mágica o…Mana como le quieres decir, es muy probable que pueda ser rastreado… solo debo… -Y coloco el Cristal en el medio del mapa, era el mapa del bosque a un detalle insano, estaba la cabaña, dentro de ella se podían ver 3 puntos, Uno blanco, otro morado y otro rojo. Usted Señor –El rojo era Gian. El maestre –El morado.  Y yo –El blanco, luego señalo más a lo lejos, al rio, habían otros 3 puntos, Verde, Azul y Anaranjado. Y estos son los chicos…Le explico hasta actualmente ajustado solo para nosotros… pero con unos arreglos –El mago pronuncio en voz baja unas palabras en otro idioma, y de pronto, el mapa se llenó de puntos iluminados, todos de diferentes tamaños y colores. Así está ajustado para todo tipo de criaturas…solo mamíferos, excluí insectos porque… luego se pone tan caótico que no se ve nada.

Maestre: Te deja ciego prácticamente. –Interrumpió el maestre.

Milos: Si… pero… -Milos se quedó mirando el cristal. No veo nada parecido… pero… -Consulto su libro, rebusco en las páginas cercanas y nuevamente pronuncio unas palabras en un idioma irreconocible, el mapa volvió a la configuración original, 3 Puntos en la cabaña, pero había esta vez 4 Puntos en el rio, el cuarto punto era un punto blanco brillante con un aura fantasmal. …Esto no es bueno.

El maestre al ver esto se levantó rápidamente se su silla, y fue hasta otra habitación que estaba en el costado del a cabaña al fondo.

Maestre: Gian, prepárate, Milos guarda todo –Dijo rápidamente antes de entrar al cuarto para luego salir con una capucha de color morado que cubría su “cara” en lugar de fuego, donde se supone que debía de haber un rostro, había un vacío espectral, como si la luz fuera imposible de penetral.

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En el rio, Jade aún estaba entre los últimos arbustos de bayas, tenía la canasta casi llena, mientras que los pescadores Christopher y Galet, apenas tenían unos 7 pescados, se percataron del chapoteo que dio la criatura, pero desconocían el origen de esta.

Galet: Hey ¿Lanzaste una piedra? –Pregunto a su compañero de pesca.

Christopher: ¿Por qué haría eso? –Cuestionando la pregunta.

Galet: Para asustar a los peces, “Mis” peces y ganarme.

Christopher: Eso no tiene sentido, igual asustaría a los míos ¿Y desde cuanto esto es una competencia?

Galet: Desde que pescaste 6 y yo solo uno.

Christopher: Pero eso no es mi culpa.

Jade: ¿Quieren dejar de pelear? Galet, basta ¿Quieres? Y tú también Christopher.

Christopher: Pero…

Jade: Sin peros… parecen niños pequeños.

Galet: Pfff ya nos sermoneo la señor- -Su repudio fue interrumpido por un fuerte tirón de su caña de pescar. ¡Ja ja! ¡Te lo dije!  Ahora ven con papa.

Christopher: He-hey! ¡Yo también! Este será el más grande.

Galet: No que no era una competen –El tirón de la carpa no solo lo interrumpió, sino que lo tiro al rio aun que no era muy profundo la corriente era más o menos fuerte, aunque se pudo mantener a flote y empezó a nadar hasta la orilla.

Jade no pudo contener la risa, por ello casi tira la canasta que traía en brazos con las preciosas bayas y moras que tanto había recolectado, en cuanto a Christopher, este igualmente riendo, le adentro en el rio dándole la mano a su compañero para intentar sacarlo.

Milos se quedó impresionado ante tal habilidad, si no fuera porque se le había explicado que era la tecnología este habría jurado que se trataba de algún tipo de magia extraña nunca antes vista, el maestre por el contrario no, ya conoce la tecnología de Maneko, dedicada al espionaje y vigilancia, sabía que tarde o temprano debería de pasar, no le gustaba la idea de quedar registrado y menos sus subordinados.

Milos: Tecnología de voz… lo siento al ser un mago no conozco los detalles técnicos apropiados, mil disculpas.

Maestre: “Recuérdame insonorizar las paredes” –Pensó, antes de contestar la pregunta que le hacia el Ciborg. Es graciosa la historia… te sugiero que tomes asiento. –Este dio una pequeña pisada, desde su pie viajaran rayos color carmesí hasta la espalda de Gian, estos golpearon el piso de madera el cual de este aparecía una silla del mismo material que el piso, la silla era del tamaño apropiado. Contestare tus preguntas una a una… ¿Quiénes somos? Solo somos un grupo de cazadores, matamos criaturas por dinero, claro siempre y cuando estos han destruido un poblado o amenazan a uno… No me gusta matar inocentes. Y si te lo preguntas, Milo y los demás no son de Maneko, así es son extranjeros por así decirlo, es su primera vez en la mítica ciudad blanca, en cuanto a mí, bueno solía ser alguien importante aquí, pero deje de serlo –El maestre hizo una pausa de unos segundos, tomo los últimos sorbos de su café que a juzgar por el tiempo ya se había enfriado. Segundo que estamos buscando, solo estamos de vacaciones, matar cosas todos los días por meses o años cansa, a veces salir tomar aire fresco alivia la tensión y la fatiga, y por ultimo no nos ocultamos de nadie, solo vie a esta zona por la tranquilidad, la ciudad es muy ruidosa, todo eso de la conquista de la Emperatriz Roja me tiene asqueado pero siempre y cuando no me moleste a mí y a mis alumnos, no me quejo. –Había dejado la taza a un lado y había puesto su “Mirada y ojos” en Gian. Si tienes más preguntas adelante, estoy muy seguro de que tienes más.

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Jade estaba ahí, parada enfrente entre un lobo que cambiaba a una forma monstruosa y un niño que nunca había visto, el lobo no le asustaba, estaba tranquila, relajada tenía sus ojos puestos en él, analizando cada movimiento, su respiración era tranquila, sus movimientos lentos, se movía para alejarse y tomar distancia, de vez en cuando daba pequeñas ojeadas al niño mientras se hacía preguntas, “¿Él lo invoco?” “¿Él lo atrajo o piensa atacar?” no sabía que pasaba pero debía actual rápido, quien realizaría la primera acción y con eso se movería, hasta entonces el chico le dio la respuesta, su acción le recordaba a su maestre y el rifle a su compañero Galet. “¿Un vigilante?”.

Los 2 compañeros habían salido del agua, no se percataron de lo sucedido hasta que vieron a la criatura.

Christopher: Listo, Jade lo pu- ¡¿Pero qué es eso?!

El maestre se quedó callado, cuando empezó a dar una pequeña risa que iba en aumento cada segundo, dio un fuerte pisotón y detrás de él, de la misma forma en que le creo una silla a Gian, se creó una silla para el mismo, se dejó caer en ella hasta que dejo de reír, miro a Milos y hizo un ademan con su cabeza, el mago fue hasta la estantería y tomo un plato hecho de aluminio y se lo dio al maestre.

Maestre: Me sorprende tanto que aún no dirás con la respuesta… es muy fácil. –Tomo el plato en sus manos y este empezó transformarse en cubiertos de tamaño medio del mismo material que este. Aquí te dejo otra pista –Y dejo caer los cubiertos. Pero si quieres seré más directo… No me sorprende, luego de 8 años, si aún lo recuerdo… aquel día esa batalla campal en el imperio, cuando yo comande las tropas y vi morir a muchos soldados de los cuales estaban bajo mis órdenes, ordenes imperiales –Haciendo hincapié en eso último. Recuerdo tu excavadora y los discos flotantes… Luego todo se volvió negro… No me oculto de nadie, pero no te preocupes. –Dio un ligero suspiro. Tanto que me gusta crear misterio, pero ya no estamos en tierras lejanas, por cierto son mas allá de las tierras de maneko… se llama Malgoria, un lindo lugar, si no te molestan las bestias, pero no estamos en Malgoria así que hacer esto no hará daño.

El maestre se retiró el collar de su cuello el cual tenía una piedra negra en el medio, el “fuego” que cubría el rostro del maestre se fue difuminando hasta por fin revelar su rostro, un chico de tez monera y pelo oscuro, uno de sus ojos era color café, pero el otro era un amarillo anti natural, en ese ojo estaba una cicatriz en vertical que pasaba desde la ceja hasta la mejilla, aunque era muy ligera.

Abdiel: Hola Gian, ha pasado tiempo.

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La determinación es algo que siempre se pone a juego en la caza, saber más que tú presa, leer sus movimientos, esperar siempre lo inesperado y aquello sí que era inesperado, solos los 3 en una tierra inhóspita, con una criatura que cambiaba de forma delante de ellos, un niño de piedra que decía ser un vigilante.

Las piernas de Jade por primera vez en mucho empezaron a temblar, el sudor era visible en su frente, trago saliva una que otra vez, espero al próximo movimiento de la criatura, hasta que empezó a cambiar forma. Una mujer, peliblanca, delgada. No quería poner en duda pero atacaría y así lo hizo, pero luego una explosión, todo paso en cámara lenta, el polvo levantado no le permitió ver nada por unos segundos, ya cuando este callo miro un gran muro de piedra y luego la voz del niño, en definitiva el no estaba controlándola. Jade corrió hasta agruparse con Galet y Cristopher, ambos estaban tan impresionados como ella.

Cristopher: ¿Qué ha pasado?

Jade: No sé, no me interesa pero dame mi espada.

Cristopher obedeció como si fuera una orden, sabía que tenían pocos segundos antes de que volviera, pero ya estaban armados, Jade tenía una espada aun en su funda, Cristopher unas guantillas de metal y color oro y Galet una especie de rifle.

Aun que le gustaba estar en las sombras o crear misticismo, Abdiel rechazo la oferta, ya no tenía razones para ocultarse (al menos de él), los cubiertos que ya hacían en el suelo volvían a transmutarse en un plato sobre la mesa, Abdiel se recostó en su silla.

Abdiel: ¿Peligroso? Puede ser, pero Maneko no es más peligroso que Malgoria, hay no sabes cuando estas descansando sobre una roca o un troll de piedra, Hippo realmente me da igual, pero si es cierto que atenta contra mis alumnos le pateare su galáctico trasero… y Sakura… Meh no me meto con ella si ella no se mete conmigo, los muchachos están bien entrenados, los eh visto pelear con cosas más grandes que ellos pero… -Abdiel no dejaba de ver la puerta de reojo, sentía que algo andaba mal. Tienes razón… sería mala idea ir a buscarlos ¿No?

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Galet y Christopher se apartaron al ver a Rhoz lanzarse sobre su compañera, sabían perfectamente que ese movimiento era un error fatal y contra producente para la criatura. Jade espero que la bestia estuviera suficientemente cerca, todo paso en cámara lenta para ella, la intersecto en el medio del aire, todo paso tan rápido, en una milésima de segundo, en un momento estaban cara a cara, las garras de Rhoz estaban a pocos centímetros de ella, para el próximo segundo un destello verde y Jade estaba a sus espaldas, lo siguiente fue un movimiento rápido, una patada en el estómago que la lanzo lejos. Con la criatura lejos, esta se centró en el niño, desenfundo su espada hacia él.

Jade: Tengo preguntas y tú tienes las respuestas, se breve, ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Qué eres y que quisiste decir con vigilante?

Estaba dispuesto a enseñarle como era Malgoria, la ciudad en la que estuvo durante 8 años desaparecido, no tendría problemas con eso pero la actitud de Gian ante la tardanza lo hizo impacientarse, pero lo siguiente que anuncio fue algo que de primeras se esperaba no pensó que llegaría tan rápido, Imperiales, más aun una bengala lanzada desde el rio, peor aún al parecer los imperiales estaban en esa dirección. Solo espero a que Gian saliera de su cabaña para ponerse nuevamente el amuleto, ocultando su rostro bajo un fuego negro espectral, Abdiel se levantó de su silla, tan pronto empezó a respirar con dificultad y con rapidez, eventualmente se tuvo que apoyar en la mesa que tenía cerca, el mago Milos entendió de inmediato que pasaba, con rapidez nuevamente abrió el mapa que tenían enrollado anteriormente y con un juego de manos revelo los puntos que estaban en el rio, hay estaban; Cristopher, Galet y Jade mesclado con un punto blanco brillante, pero lo peor, era que estaba siendo rodeada por varios puntos más, las descripciones hizo que se le hilaran la sangre “ICSS-1 Y ICSS-2”.

Maestre: Sácalos, sácalos de ahí, ¡sácalos de hay ahora mismo!

Milos no tuvo que escuchar esa orden 2 veces, tomo su viejo libro y lo abrió de golpe en mitad de una página, pero se detuvo para realizar una pregunta rápida.

Milos: ¿Dónde?

Maestre: Distrito este, en el mercado R.O.S.E.T.U.S. –Deletreo esas iniciales con suma dificultad, pero Milos entendió a donde y con quien y sentencio finalmente con un; Ahora.

El mago hizo nuevamente un juego de manos con el libro abierto, de un haz de luz dorado salió disparado en dirección al rio atravesando todo lo físico que estaba, madera, fibra vegetal, animal, etc. El haz golpeo a Gian, que iba en dirección al rio, su visión se vio nublada y de pronto el bosque ya no era bosque, estaba en medio de una plaza y sabio rodeado de personas que sin duda, no eran Manekianos, en su mano una nota: “Gira a la izquierda y ve a la casa con una rosa en la puerta; M.” Pero lo extraño no era la nota, lo extraño era que la nota empezaba a susurrar, un susurro que era escuchado por los habitantes de ese lugar, que al escucharlo contrario a todo pronóstico se tranquilizaron y siguieron con sus actividades.

Nota: “Ego adsum ut videre Rosetus”

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Galet y su compañero lograron entender que pasaba, vieron a las maquinas acercarse, eran los mismo que visualizaron cuando el espadachín Nightmare peleo con ellos semanas atrás y estaban ahí, rodeados y peor aún su compañera estaba en medio de todo, no sabían que hacer, no sabían cómo reaccionar, en un lugar y momento como este, necesitaban indicaciones, necesitaban que alguien les guiara y les dijera que hacer.
Jade se vio rodeada, no solo por le Smile que cubría su pierna, sino también por los ICSS, mientras estos se acercaba, sintió a Rhoz en su pierna, dirigió sus ojos hacia el/ella… y como si un rayo le pegara en su cara, algo la hizo volver en sí. Apretó sus dientes, las manos en donde tenía la empuñadura de su espada, y contra todo pronóstico miro a los ICSS al “rostro”. Un flash verde, todo se movía más lento que antes, Jade vio una cobertura, una entrada, corrió con todo lo que tenía, sus muslos le dolían, las piernas le ardían pero lo logro, cruzo entre las piernas de un ICSS, aunque la cobertura era muy pequeña, su cuerpo era esbelto, estaba por fin fuera y todo volvió a su velocidad regular. Aunque algo cambio, el filo de su espada se había vuelto al rojo vivo, su aura y todo a su alrededor expulsaba fuego de un color verde.

Jade: Suelta-¡mi PIERNA! –Y clavo la espada al rojo vivo en el cuerpo de Rhoz, al mismo tiempo que el fuego la envolvía, a ambos.

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Milos: Listo… Gian ya ha sido enviado.

Maestre: Bien, ahora, quiero preguntarles –El maestre salió de los matorrales, y por fin contemplo la escena, su grito llamo la atención de sus subordinados los cuales giraron al verle, sus caras no salían de la alegría y el asombro y luego de que Galet y Cristopher buscaran refugio en él y el mago milos, el Maestre se dirigió hacia los ICSS. ¡¿Que les están haciendo a mis subordinados?!
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