Los invito a Erangos

En la ciudad de Erangos y en todo el mundo al que esta ciudad pertenece los monstruos aparecen de noche para sembrar el caos y la destrucción casi desde los orígenes de la humanidad, las ciudades no cubren más de unos cientos de metros como mucho, solo un gran imperio ha podido existir, no han habido guerras mundiales, una enorme zona baldía hace de centro en las ciudades, una enredadera conocida como "guarda dorada" crece alrededor de cada casa y unos pocos elegidos tienen el poder para pelear con los monstruos, los ottelet.
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Nadie sabe porque los monstruos salen, pero si saben que no pueden ser animales, ni siquiera seres vivos, solo aparecen una noche y no demuestran necesidad alguna, las ciudades son pequeñas porque el tiempo ha demostrado que entre más humanos hay juntos más monstruos nacen y la lección la aprendieron de mano del único imperio que existió, imperio que fue destruido por la peor bestia jamás vista, un mundo que en sus inicios vio la expansión como una maldición y la falta de comunicación como algo que podría acabar con toda la humanidad, un mundo que decidió cooperar en vez de autodestruirse.

El imperio Trenant había cometido el error de ser grande, pero legó a la humanidad inmensos descubrimientos, partiendo por la organización de ciudades, un centro baldío rodeado por cuarteles de guerra era la trampa perfecta para monstruos que surgen dentro de ciudades y edificios rodeados por la guarda dorada era lo único que los mantenía intactos, porque aunque sea una enredadera la flor era una salvación cuyo olor repelía a los monstruos y los hacía dirigirse a la trampa hecha para ellos.

Pocos elegidos tienen el poder de enfrentar a los monstruos, pero que pocos sean dotados de dichos poderes no significa que la humanidad no haga algo, toda la milicia que existe está por y para enfrentar a los monstruos, una milicia que es preparada desde la más tierna edad para enfrentarlos tengan o no poder, educados para que dichos poderes sean un gran honor aunque probablemente sean una sentencia de muerte.
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A pesar de las dificultades el mundo seguía avanzando, encontrando cada día nuevas formas de volverse más eficiente contra los monstruos y nuevas formas de comunicarse, ya en el 2634 D.T. tenían una vida más o menos estable, la cantidad de población que se podía tener en un mismo sitio hace mucho se había descubierto, los cuarteles cada vez eran más avanzados, las armas de fuego se volvieron un gran aliado en especial contra monstruos inmunes a la magia y la comunicación era casi inmediata con una red de comunicaciones global similar a lo que conocemos como internet. Entonces todo se fue al carajo.
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Era de noche en Erangos, mediodía en otras ciudades, no importaba el calor o el frío lo que parecía una arena negra se expandió, unas esferas de luz rodearon a las personas y para cuando se habían dado cuenta cada persona que tuviera más de veinte años había desaparecido sin dejar rastro, las muertes que se dieron los días siguientes por la falta de medicina, de comida y los monstruos fueron altísimas, el miedo recorría las calles de cada ciudad, pero con el pasar del tiempo la cantidad de ottelets subió a números nunca antes vistos, los monstruos eran los más débiles vistos en años, la comunicación había sido conectada otra vez y aunque las cosas no son como antes diez años después del incidente se podría decir que el mundo es estable, pero aun nadie sabe qué pasó aquella noche.