The Dragon's Lair Bar

Curioso por el nombre principalmente, 2GR entro al bar examinando cada rincon, cada adorno y mueble, cada detalle no pasaba desapercibido, aspiro profundamente y pudo sentir el exquisito aroma de las bebidas y un establecimiento nuevo.
2GR: Bueno, aqui estamos

Se acerco a la barra y exclamo
2GR: Sorprendamente con una buena bebida

Paseando por la ciudad que se esta levantando puedo observar un Bar, recordándome la anterior en el que había estado y conocido a muchos.

Tegui-Mira Isaku una taberna...

Isaku- S,i ¿y que?, vamonos necesitamos llegar a las montañas antes de que nos encuentren

Haciendo caso a Isaku decidí seguir mi camino dando algunos cuantos pasos sin embargo me quede ahí quieta mirando de nuevo el lugar, algo me jalaba me decía que entrara

Isaku- ¡Tegui, ahi están esos hombres!...

Tegui- Rayos!!!... ¿Como nos encontraron?

Así que entre corriendo al lugar, me acerque a la barra reconociendo a 2GR

Tegui- Buenas tardes... ¿2GR?... ¡Hola!, hace mucho que no te veo ¿Como has estado?...

Un montón de personas entraron, hombres fornidos, curtidos por el sol, Manekianos todos ellos, pidiendo bebidas fuertes.
Su aspecto rebelaba duras jornadas de trabajo, sus ropas eran de trabajadores, cascos, ropas gruesas llenas de polvo.
 
A fuera se llevaba a cabo una construcción, maquinaria pesada e ICSS, ponían Pilotes, zapatas gruesas, todo eso formando el esqueleto de la ciudad, desde el lecho rocoso hasta las columnas daban forma a una estructura recta que atravesaba el subsuelo, el lecho y las alturas de los edificios dedicados a la vivienda.
 
A cuatro turnos, los hombres que descansaban veían la taberna como única fuente de diversión cercana.
Algo de alcohol por aquí. Bebidas cantinero. Hey un par de tragos para mis amigos.

Frases así entraban en un torrente continuo, pedían esperando servició, para luego volver al trabajo.

-Y yo que pensaba que no volvería a ver un lugar como este
Lo decía mientras sonreía al entrar al bar. Envuelto con vendas en el pecho que solo se escondian con su larga y verde gabardina que casi tocaba el suelo, pantalones rasgados con varios orificios que mostraban mas bendas debajo de ellas. El sujeto de ojos distintos miraba a su alrededor, sonriendo, con las manos aun guardadas bajo los bolsillos de la gabardina.

-Veo esto y no lo creo... la ciudad parece crecer muy a prisa -Deteniéndome frente a una de las mesas tomando una silla para después sentarme- Que nos esperara en esta nueva localia en nuestro nuevo hogar... jejeje... -mirando hacia la barra- Hola a todos -subiendo los pies a la mesa y sonriendo- Me alegra verlos

Los hombres celebran, descansan y se relajan, sus conversaciones son restos de la antigua City. Pero mientras pagan con monedas, cada una de esas monedas es Dalmasqueña.


Y sus platicas de sus hogares demostraban que mas de la mitad no vivía dentro de las murallas de la ciudad, eran extranjeros o hijos de expatriados de la urbe, en las epocas de las guerras.


Todos ellos hablaban de los partidos, de como extrañaban su ciudad, pero que vivían lejos, al albergue del Imperio, aunque uno de los rumores indicaba que aquellas obras serian culminadas con algún evento.

Pero conforme terminaban sus turnos, varios preguntaban.

Oiga, su taberna puede albergamos??? necesitamos camas y alimento, pagaremos por todo y rolaremos cada colchón, tal vez para unos 20 de nosotros???

Caminaba tranquilo por la ciudad, había sido agotador pasar de una dimensión a otra tras el nulificado de la antigua maneko, tras ver a algunos hombres entrar a un edificio bastante deplorable decidí seguirlos, pero antes de eso me percate de algunos ICSS construyendo edificos.

Creo que iris ya empezo a hacer de las suyas, pero bueno sigo siendo su general

Al terminar de observar a los ICSS proseguí a explorar aquel edificio al entrar me di cuenta de que habia algunos conocidos dentro, me fije en uno en especial, 2gr me acerque a el a paso veloz.

2gr, puedo observar que aun ostentas en status de dios, yo perdi el mio como vigilante al caer la antigua maneko, me podrias explicar que es este lugar?

Mire que llegaban mas y mas al lugar y decidi mejor tomar haciento antes de quedarme parada me retire de donde estaba para ir a la esquina segui mirando y vi a algunos que solo conocia de vista y otros a quienes les llegue a hablar, asi que solo hice un saludo de mueca a Mark, Legna, y a Hippo que acababa de entrar y despues me gire quedando atrapada en mis pensamientos...

Deme algo de tomar y tomare una habitación por esta noche, necesito esconderme...

Un joven de verde entra junto a una joven de capa roja, ambos toman asiento cerca de la ventana

Nico: es interensante que tan rápido se ponen a construir en una ciudad nueva
Red: si ellos construllen... Podemos tomar los edificios vacíos para nosotros, digo, en parte lo mereces, eres un fundador
Nico: naa... Sólo di la idea, el azteca lo iso todo -dice el joven mientras pide un jugo de naranja a una de las esferas-

[spoiler]Genaro... El editor en la página móvil (celular y tavlet) no tiene paraponer colores en las letras D: que hago sin mí verde? [/spoiler

-y yo que creí que aquí podríamos descansar de todo esto -Lo decía mientras miraba a los trabajadores del Imperio- supongo que ni aquí harás nada para detenerla -mirando hacia la barra mirando hacia el dragón azteca- .. .. ... que lastima
Levantándome del asiento, me dirigí a la barra para pedir una bebida- solo quiero agua -sacando del bolsillo un par de monedas de oro con el emblema del gato grabado en ellas- aun no quiero volver a mis antiguos vicios
Sentándome junto al azteca sin mirarlo directamente pero aun así sonriendo le y colocando la mano sobre su hombro.

Una silueta femenina entra a la Taberna porque le parece curioso el nombre. Su caperuza negra oculta su identidad, pero se puede entrever por medio de su andar seguro que no es alguien que desconozca ese sitio y a los que encuentran dentro de ello. Si se observa bien, una débil sonrisa se dibuja en su rostro fino y se sienta en una mesa con distancia prudencial al resto, pero lo suficientemente cerca como para dialogar y escuchar bien.

Con una mano hace señas a un mesero y se aclara la garganta para que su voz no se escuchase rasposa.

-Té por favor. Y si tienes, un pan sin azúcar. Gracias.

Se quita su capucha y sus ojos cafés miran a todos los presentes. Su sonrisa se ensancha más y a pesar de que es conocida por a mayoría de los presentes, hay algo diferente en ella. ¿Confianza? ¿Seguridad? ¿Tranquilidad? No se sabe con exactitud, pero sus ojeras ya no son tan perceptibles y el tiempo ha transcurrido. Ya no es la chiquilla que entró hace años en Maneko y habló con Dactan y Rothvax esa fría noche. La madurez le ha sentado muy bien.

-Hola, chicos. ¿Qué cuentan?

Como si nada le preocupase realmente, entró sin ningún pudor por la puerta principal una chica de cabello castaño. Sin titubear avanzó por la taberna y ocupó también un asiento en la barra, aunque lo más alejada posible del resto. Levantó la mano levemente y miró al cantinero, su mirada reflejaba una extraña tranquilidad y una leve sonrisa curiosa iluminaba su rostro.

-Quisiera un poco de jugo si es que no es mucha molestia.- Dijo tomando una leve pausa, esperó a que llegase el cantinero hasta su puesto y ya en un ambiente ligeramente más privado decidió hacer visible su inquietud. -Seré franca, estoy buscando información... De paso también seré breve y concisa. ¿Qué ocurrió en este lugar?- Preguntó mientras entrecerraba ligeramente los rubíes que tenía por ojos. Todo parecía perfectamente normal, pero ella tenía pleno conocimiento de que los que se vieron involucrados en "ese día" debían saber algo al respecto, o al menos recordarlo.

Mientras esperaba la respuesta del que aparentemente estaba encargado del bar, una tenue y casi inaudible voz nacía en algún lugar muy cercano a ella. -Psst. Hey, pregúntale si tiene comida para gato.- Es lo que dicha voz suplicaba, mientras que la chica recién llegada simplemente la ignoraba, inquieta y a la vez interesada en la respuesta ajena.

La entrada de la nueva lo distrajo un momento de la platica que sostenía, e incapaz de volver a tomar el hilo de la conversación se disculpo un momento. -2gr ya vuelvo, hay algo que tengo que hacer.

Se alejo de él y se acerco a la joven para después darle una vuelta al banco en el que ella estaba sentada, para así tenerla frente a el. Una sonrisa un tanto cínica se poso en su rostro. -Vaya, vaya, vaya, pero si tenemos aquí a una chiquilla muy curiosa, quieres respuestas y ni siquiera sabemos tu nombre. Es obvio que no sabes con quien estas hablando. ¿O si? -el tono de su voz era burlón pero firme, esperaba una respuesta de la joven y esperaba que no se tardara mucho en dársela.

Leer pls (?):

-Mi nombre no podría ser menos importante, General Hippo. Aún así, me sorprende que llegue al punto de que ni siquiera pueda notarlo a "Él"...- Respondió mientras devolvía la sonrisa burlona. Podía sentir a simple vista las intenciones ajenas, lo que provocaba que su piel se erizara por unos momentos. ¿Qué podía hacer? De inmediato descartó la posibilidad de un encuentro violento, es más, ahora intentaría evitar algo así a toda costa. Se volteó y luego miró hacia el cantinero nuevamente. -¿Está asegurado el bar? Créame que haré lo posible para evitar una pelea, pero las intenciones del señor aquí presente me preocupan bastante...- Dijo tranquilamente mientras miraba al rededor, los conocía a casi todos pero lo más probable es que la mayoría ni siquiera se diesen cuenta de quién era ella.

Volvió su mirada nuevamente hacia el ser hostil que la había encarado e intentó responder de la manera más amable posible. -¿Sabrá usted acaso qué es lo ocurre en este lugar? ¿O es que simplemente está demasiado ocupado agrediendo a las caras nuevas?- Preguntó finalmente sin borrar esa extraña sonrisa que Hippo ya conocía. Ella en el fondo sabía que podría provocar un enfrentamiento con esas palabras que salían de su boca, pero no lo podía evitar aunque quisiese, una parte de "Esa persona" seguía influyendo en algunas de sus acciones. Cerró los ojos dando a entender que no intentaría nada peligroso, pero aún espectante a la respuesta del nuevo "enemigo" que se presentaba frente a ella. Ahora se limitaría a esperar a que alguien interviniese o que al sujeto sólo se le bajaran los humos.

Los trabajadores se acomodaban y rolaban sus turnos de descanso en las habitaciones del lugar, poco a poco conformaban un numero constante en alguna parte del bar.
 
Afuera por lo tanto, la infraestructura imperial empezaba a lucir, caminos que permitían al Imperio moverse por la destartalada ciudad, así como todo el sistema urbano que volvían a levantar.
 
Así estos hombres se alejaban de los usuarios, a los cuales miraban con recelo, entre sus rumores, la fuerza sobrehumana de estos y las viejas historias de sus destructivos conflictos, eran siempre tema común cuando los veían.

En cambio a las mujeres, parecían tenerles más estima, saludaban a a Ghost, Tegui y la chica nueva, al parecer nunca una chica se había ganado mala reputación entre ellos.