Un mapache entre dioses.

Definitivamente lo mio no era el viaje forzado entre dimensiones... De haberme consultado, quizá habría pedido una hoja con normativas, consejos y una caja de aspirinas. En este momento podría matar por unas... en este momento.

Tendido bajo la sombra de los grandes arboles del bosque, aun desconcertado y perdido en algún lugar entre el "no se donde" y el "no se cuando", se encontraba un mapache antropomórfico con una violenta resaca. Algo lastimado por haber caído quizá muchos pies de altura... pero, ¿quien mide en pies?
Viendo la luz del sol pasar tenuemente entre las hojas de los frondosos arboles de aquel desconocido bosque, de alguna forma siempre si era suficiente luz del sol como para molestar la vista. Ya saben, como cuando duermes plácidamente en tu cama y el sol alcanza a meterse entre las persianas. De la misma manera, se encontraba el sol despertando en aquel momento a nuestro felpudo amigo ("felpudo" significaría "gordo" en este momento, no "peludo") y haciéndole notar su presencia en un mundo completamente desconocido para el.

Otro día, otra ocurrencia del cruel destino despojándome de lo que amo y conozco para devolverme a la incertidumbre... al menos hubiera sido bueno darme una moneda.

-Santa mierd... Pero, ¿Que ha pasado?- Decía el mapache al encontrarse ciertamente en un lugar desconocido. Poniéndose de pie, limpiando las hojas y pequeñas ramas atrapadas entre su pelaje.

Una distorsión temporal no era algo que pasase desapercibido en este mundo, al menos de parte dentro de los terrenos de quienes tenían ese terreno.
Pero a diferencia de otras intervenciones, esta vez no había una demostración de fuerza, o la suficiente actividad para ser detectados por los ojos que observaban desde la orbita baja, así que no cualquiera podía ser enviado a investigar.

Y precisamente había pasado toda la noche buscando cualquier rastro, un ser magnificente que fuese considerado otro usuario, pero el agente especial no hallo nada de eso hasta casi la media noche, lo cual solo fue posible por que ningun animal se tendía a dormir de esa manera.

Así que tuvo que esperar hasta el alba, acomodada desde una roca vigilo al nuevo ser, reportando cada cosa, si roncaba o cualquier cosa que expulsara su cuerpo, lo cual con el tiempo la llevo a pensar que aquel ser era uno de los más normales que llegaba en un largo tiempo a esas inhóspitas tierras.

Esperando:

-Saludos en nombre del Imperio -Dijo la figura que llevaba en vela toda la noche. No puedo responder la primera pregunta. Al menos yo no.

De un salto, bajo de ese pedrusco y alzando las manos en señal de paz, se revelo una figura pelirroja, trataba de mostrar que ella no era amenaza alguna o que podía llegar a serlo, al contrario, parecía curiosa.

-El oráculo predijo que alguien llegaría, aunque solo es bastante vago y no se si seas tu por quien vine.

Con los mismos cautos movimientos, revelo una placa que la identificaba como miembro de una organización.

-Disculpa por mis modales, soy CUL, estratega del Imperio, la organización que gobierna casi todo sobre este mundo. Al servicio de la emperatriz, si eres tu de quien ella hablo, me gustaría presentarte ante ella. Aunque no se si ya tenias planes.

CUL LARCOBALENO:

No revelo el contenido de la profecía, cada predicción del oráculo era bastante acertada, pero como cualquier profecía, no debía ser tomada literalmente, ademas para sus adentros, se preguntaba ¿Cómo es que un mapache podría convertirse en uno de los generales del Imperio? Aquellos que podían acabar con ICSS sin problema alguno.
Pero como ultima información que callo, fue la distorción espacial, no era un metodo de viaje convencional y debía averiguar como un ser así logro usar una tecnología nivel 3

Definitivamente acababa de amanecer. Lunes... am I right? Parecía un nuevo día en un lugar desconocido. Los guantes estaban muertos, al igual que las botas. Toda la energía, que recorría los aparatos con lo cuales podía defenderme, había sido extraída... Incluso, la batería de respaldo se encontraba completamente drenada. Eso explicaba como es que me despertó el sol y no el sistema de inicio rápido. Aveces es mas placentero despertar por la impertinencia de los rayos solares y no por una descarga eléctrica haciendo un indebido recorrido por tu sistema nervioso. Desarmado completamente, solo podía hacerme valer de mis puños.
De pronto, una figura se alzaba frente a mi. Sus palabras me resonaban en la cabeza sin necesidad de que yo le haya puesto mucha atención.

Profecías... Imperios... Pelirrojas... definitivamente me hubiese gustado al menos un panfleto. Este lugar lo tiene todo. ¿Tendrá un Starbucks?

Mientras aun acomodaba sus ideas, el mapache solo podía observar a la joven que acababa de postrarse frente el.

"...me gustaría presentarte ante ella."

Es lo que ella había dicho sin antes preguntar un nombre. ¡Presenta ESTA! ¿Como es que podría llevarse a un ser extraño ante los ojos de su emperatriz? ¿Es que acaso no existe la prudencia o el sentido de la preservación en este sitio? Si así era la razón, habría de ser por la falta de peligro. Habría de ser este un lugar pacifico.

-No se si soy yo a quien has de buscar... Pero mis intensiones tampoco son quedarme aquí.- Mientras el mapache se acomodaba los guantes y retiraba algunas ramas de su pelaje (Mira nomas esa falta de continuidad~), dando algunos pasos en dirección a la chica, acercándose lentamente ante su presencia. -Iré contigo por mi propia voluntad. Si lo que dices es cierto y el destino me ha traído aquí, entonces no habrá problema con que te acompañe. Mas, si yo no soy quien dices... quiero recordarte que haz sido tu quien me ha señalado y no yo quien ha mentido.-

Mus... No se donde estoy. Solo se que aqui sigo lejos de ti. Puedo vivir en donde sea... incluso en realidades muy ajenas a lo que yo se conocer. Pero, sin importar a donde apunte, siempre estare lejos de alcanzarte. Perdoname por no poder estar contigo... Ya habra de llegar el momento.

CUL comenzó a caminar por aquel bosque guiando a su invitado por senderos entre la maleza, aunque su forma de andar revelaba que era alguien preparada, algunos de los caminos no eran para citadinos, y entre todo ciertos movimientos revelaron una formación militar.

-Son ordenes del imperio, dar la bienvenida a todos los nuevos en estas tierras pero recientemente el oráculo dijo que alguien "especial" llegaría. Como dije, no se si eres tú o alguien más, de hecho es raro que ahora la emperatriz quiera verte estando en medio de un conflicto.

Mientras apartaba algunas vides de aquellos senderos sin usar, la joven pelirroja hacia platica, explicando algunas cosas de ese mundo.

-Este es Maneko, un planeta dominado caso enteramente por el Segundo Imperio -Los ojos de la joven no pasaban desadvertidos las señales de que su invitado no estaba muy conforme con la situación. Hay más facciones, pero ninguna con fuerza, inteligencia o recursos para ponerse en el mapa. Incluso como dije, muchas de esas facciones se basan en ocultarse y ostentarse como poderosas pero sin interes en combatir.

Mientras pasaban las horas, un par de horas despues, parecían llegar a una zona más elevada.

-Por cierto, no he escuchado tu nombre ¿Puedo saberlo? Minimo para presentarte cuando lleguemos.

Y doblando una saliente, desde la colina en la que estaban se revelo una ciudad, flanqueada por una montaña con tintes de haber sido tocada por la mano del hombre y al extremo contrario, una muralla gigantesca que se fundía con la ciudad , en medio una serie de ríos con un castillo coronando el lado mas ancho y profundo de este daban la bienvenida a una megalopolis.

-Esta es la entrada de la rivera a Maneko city, la ciudad y corazón de este mundo -Señalo la muralla y la montaña, dando a notar unos símbolos en color escarlata que adornaban todo el lugar. Estamos en una de las tres partes sin la muralla a la ciudad, dominada por el Imperio, aquí es donde te hago otra pregunta ¿Vienes conmigo a conocer a la que gobierna sobre la tierra, el mar y el cielo, o nos separamos aquí? En esa ciudad puedes hacer fortuna, tal vez ir de aventura, o encontrar una forma de volver a tu mundo.

El bosque era basto y profundo. La caminata por los senderos parecía no ser algo usual en ese lugar. Las raíces cobraban su cuota sobre las pobres separaciones entre la maleza y la senda habitual de los seres. Mientras avanzaba, el mapache podía darse cuenta de la preparación formal de esa guerrera que lo guiaba por aquel mundo nuevo. Aunque se veía una maestría en el campo, no se lograba notar una perfecta dominación sobre el mismo, dando a relucir su poca ambientación al mismo. Definitivamente había sido entrenada.

Es un buen momento para vigilar sus movimientos. Hacer una descripción de su mente. En caso que deba enfrentarme a ella, es bueno saber que puedo tener ventaja en el bosque. Mus, salí de un mundo en conflicto para entrar a otro... tu yaces en paz, pero quisiera encontrar donde se ubica la mía. Lo sabre el día que muera y este a tu lado.

El mapache continuaba siguiendo a aquella guerrera... Cul, creo que así había dicho era su nombre.

-Por cierto, no he escuchado tu nombre ¿Puedo saberlo? Mínimo para presentarte cuando lleguemos.

-Cul, ¿cierto? No suelo darle mi nombre a desconocidos. Mi tío, Brumell, lo hizo una vez y resulto se lo dio a una bruja... desde entonces se hizo alérgico a cosas que toda la familia desconoció. Finalmente, descubrimos que era alérgico a cosas de plomo que viajen a mas de 250km/h.

Fue cuando postro su mirada sobre lo que se encontraba del otro lado de la saliente. Desde aquella colina se podía ver una enorme ciudad. Sus edificaciones eran enormes y parecían querer alcanzar el cielo. La ciudad parecía resguardarse tras la enorme muralla que se perdía entre los edificios de la ciudad. Siguiendo con la mirada el río, el mapache voltio a ver a Cul, quien parecía parlotear algo acerca de...

-. . . encontrar una forma de volver a tu mundo.-

¿Existe una forma de volver? ¿Podre regresar al mundo donde ella existió junto a mi? Volveré... habré de volver, ¡Necesito volver!

-Llévame con tu emperatriz. Es hora de presentarme adecuadamente ante quien te ha enviado. No quiero ser irrespetuoso.

Y avanzando hacia la ciudad, ambos se perdieron entre sus edificios y su gente, con rumbo hacia aquel castillo que coronaba la ciudad como la joya mas valiosa de un rey.

CUL no tardo en llevar con bastante prestesa a su compañero de viaje por el sendero hasta los limites de la ciudad, aquella ciudad-muralla tenia pinta de haber sido construida hace mucho tiempo y haber soportado algunos ataques, ya que habia casas donde agujeros de algun proyectil habian hecho un boquete en el muro.

Su mirada revelaba el orgullo de ver varios símbolos por el lugar y a lo que se podía detectar, era el símbolo de quien dominaba el lugar.


-Eso que ves, es el escudo Imperial, esta muralla fue alzada para repeler incontables invasiones, pero ya hace mucho que no queda casi nadie que se atreva a desafiar a quien te llamo.

Mientras mas avanzaban al muro y a la ciudad, aquel camino se volvía mas concurrido, ante lo cual la joven agachaba su cabeza al saludar evitando que la gente la viese bien.


-Aunque no tengas nombre, debo presentarte de algún modo. Y si es la Emperatriz no hay problema, ademas ella quiere saber más sobre quien profetizo -Con un guiño y una sonrisa, declaro. Ya que ella es también la oráculo y profetiza de este lugar. Profetizo la caída de Maneko, la separación de la pareja favorita de este mundo y otras cosas.  

Así llegaron hasta el rio donde tras hablar en un puerto con algunos mercaderes, señalo un barco.

-Ese barco nos llevara al Corazón de Maneko City, ahí espera ella.

La joven sonrió de manera bastante inusual.

-Ademas no se me escapa que reaccionaste muy fuerte cuando dije que podías volver a tu mundo, no te preocupes, ella ha trabajado hace años con esa posibilidad... un proyecto llamado "Punta flecha de Plata" no es solo un portal común, quiere crear un portal dirigido y que funcione de puente. 

Conforme subían al barco, la pelirroja miro el rio con nostalgia. 

-Este lugar es buen sitio para pasar las vacaciones, pero como tu, mi hogar es otro mundo.