Los espíritus cantan acerca de una poderosa criatura que gobierna sobre todo lo que es místico.

Llevaba caminando alrededor de 30 minutos buscando un lugar adecuado para su encuentro con ella, había decidido experimentar la mortalidad caminando dentro de ese bosque   dándose a la tarea de buscar por ella misma en lugar de escanear el bosque entero y elegir el lugar mas optimo. Después de varias horas explorando encontró un claro de bosque en lo más profundo de este, dio varias vueltas en el lugar hasta que miro una enorme piedra a la cual se acercó a paso calmado.

—Este es el lugar.-Dio un pequeño impulso a sus piernas y salto, la manera en la que dio el salto parecía imposible ya que la propulsión había sido mínima pero logró llegar hasta la punta de la piedra en la cual se sentó.

Ahí sentada admiro el paisaje que le brindaba la vista sobre la piedra, observando cada átomo danzar en armonía en el claro del bosque, ahora solo necesitaba esperar a que la otra parte llegara para dar comienzo asunto.

Flotar sobre los cielos era una muestra de poder, cosa bastante cierta si se consideraba que la mayoría de las personas Vivian atadas al suelo, pero, aunque era agradable, no era el medio de transporte favorito de la joven maga.

-uff…


Con sus largos cabellos ondeando al viento como fuego etéreo, la joven flotaba sobre el cielo buscando a su compañera, fácilmente podía ser confundida con una figura celestial si algún desprevenido viajero lograse verla desplazarse con el porte tan elegante y una silueta como la suya.

-Ahí…


Y con un suave descenso en vertical llego hasta aquella roca.

-Hippet –Una reverencia tan elegante que uno podía pensar en cuantos años le tomo perfeccionar aquellos movimientos. Cuanto tiempo, recibí tu mensaje.
Miro a aquella persona que era su General, en algún otro mundo existía una entidad llamada Dr Manhattan, tal vez ella su equivalente en este sitio.
 Sentándose a su lado miro el paisaje, tan calmo y basto.

-Dime que apremia a tu corazón. Parece que estas inquieta por algo.

La persona que tanto esperaba por fin había llegado, su vieja amiga y señora la emperatriz. Se levantó de su lugar para hacer una reverencia, estaba arraigado en su ser rendirle respeto a la gobernante era algo anterior a ella pero no le disgustaba en lo absoluto, le resultaba tan natural como a los humanos respirar.

—Su majestad Iris, la he convocado aquí para hablar y para algo mas...- Floto hasta tocar el suave pasto con sus pies y después de un momento de disfrutarlo prosiguió con la conversación.

—Sofia me hizo pensar muchas cosas en nuestro ultimo encuentro, ella tenía razón en lo que me dijo... No soy diferente a ella, no... Soy menos que ella, no soy más que una vil copia de lo que alguna vez fue Hippo, necesito ser mi propia persona.-Había estado observando el horizonte hasta esa última frase con la que volteo su mirada hacia la emperatriz, su mirada reflejaba una multitud de sentimientos diferentes ninguno de ellos se vería normalmente en su ser.

—Quiero pelear con Sofia, uno de los arrepentimientos de mi predecesor es jamás haber tenido una revancha contra ella.-Espero una respuesta de su compañera, sobre ella estaba la decisión de si dicho combate llegaba a suceder.

La joven de cabellos de fuego no desendiose sino hasta pasadas algunas horas desde la ultima palabra, aquel silencio donde imperaban los sonidos naturales era algo que solo ellas podían lograr, para un espectador externo parecían dos estatuas femeninas tallas para ensalzar la belleza femenina en todos sus sentidos.

Y tras una suave briza, la emperatriz se dejo caer, flotando como una hoja hasta su compañera.

-Es posible, todos somos hijos de alguien y siempre hay alguien detrás de nosotros, padres, abuelos, ancestros, linajes, la especie misma y a tu vista, polvo estelar.

El mundo se había movido y ya las sombras se alargaban mientras caminaban por aquel paraje salvaje y agreste.
Encontrar un camino o senda transitable era casi imposible, salvo para los seres de esta zona o quizás también para las dos mujeres que avanzaban tal vez por primera vez en siglos por aquel paraje.

-Le llamare, si una batalla es lo que quieres, solo no destruyan el mundo -con una sonrisa que revelaba la sabiduría de los años y el pesar del tiempo, contrastando con su faz juvenil, la pelirroja hablo. Ademas siento que este mundo podria florecer o marchitarse en los siguientes años por venir.

La maga Sakura, había sido la profetiza del antiguo regimen y muchas veces portavoz de los dioses, pero ahora le preocupaba lo que veia en el futuro.

-Eso... es para otro día, hoy veremos que hacer con tu petición.

Y alzando sus manos, se dibujo en el aire con una tinta negra, un símbolo, una rosa negra con cadenas, era un sello de dominio, colocado sobre seres vasallos poderosos para contenerlos y obligarlos a obedecer un pacto.

-Hippet, dime, después de pelear con Sofia ¿Qué planes tienes?

Hippet observo a la emperatriz con emociones confusas, no tenía idea a ciencia cierta de lo que quería hacer después de la batalla, no tenía vocación aparte de servir a su majestad, la única persona por la que había sentido algo la rechazaba rotundamente y su pequeña hija no la necesitaba realmente.

—No lo sé Iris, podría hacer cualquier cosa, supongo que con el tiempo lo sabre.-Entonces se paró a esperar a su rival, tal vez despues de el combate tenga una idea palpable de que hacer con su vida.

¿De nuevo?
Esta vez pude sentir como era arrancada de mis clases, solo que esta vez estaba preparada.
 
Cuando el circulo que me convoco estuvo completo, deje que mi poder se liberase poco a poco en un remolino oscuro, aire viciado con sentimientos negativos tanto míos como de seres que he derrotado.
Y sintiendo que ya estoy en el lugar, aparezco con una rodilla en el suelo, lista para servir.
-Sofia responde a la llamada.
Sin levantar la vista puedo sentir quien me ha llamado y quien está a su lado, chasqueo la lengua en señal de desaprobación.
-Me imagino que me van a pedir, pero quiero escucharlo… de la boca del solicitante.
Respondo mordaz y venenosamente.

—Sofia... Nuestra relación nunca fue del todo cordial, pero siempre he admirado tu destreza en el arte del combate, y por esa razón te he convocado a este bosque.-Una ligera sonrisa y una mirada retadora invadieron su rostro, algo que era de sorprender ya que no tendía a demostrar las emociones que ella misma catalogaba como mortales.

Su cuerpo comenzó a liberar energía la cual cubrió la totalidad de su cuerpo, rodeándola con una tenue aura purpurea, al tiempo que esto pasaba tomo una postura de combate, con sus piernas separadas la derecha por delante del cuerpo y la izquierda ligeramente atrás, sus brazo derecho extendido hacia su oponente con la palma abierta, en cambio su brazo izquierdo se encontraba cerca de su cuerpo con el puño cerrado en posicion supinada.

—Quiero ver hasta donde puede llegar el limite de tu habilidad Sofia.-El aura a su alrededor se intensifico inmediatamente despues Estaba preparada para el combate.

Nunca necesite de una invitación a un reto, más aún de alguien tan interesante como la hija o clon de ese ser celestial.

-El límite de mi poder??? Sabes acaso cuál es mi poder???

Las sombras en el escenario se volvieron intensas, se estiraron y alargaron como si la luz estuviese en el ocaso, agite una mano y las sombras temblaron igual que con la luz moribunda de una vela.

-No pude ser una reina... Ni una líder... Pero me convertí en una monarca.

Sombras danzaron en mi rededor, cambiaron su textura y forma, líquidas, gaseosas, sólidas, ethereas.

-Ella reunió sus aliados y su carisma fue lo que nos gravito... Yo en cambio me conformo con coleccionar sombras...

Soldados asgardianos, soldados de kokonoe, de hide, de élite, de Zero, de Juli, sombras de aquellos que devore antes de caer, espectadores silenciosos y mis peldaños, siempre a mis pies, a mis órdenes.

-Dime... Tu has visto el espacio, la oscuridad infinita... Alguna vez ese abismo te ha devuelto la mirada????

Mi vida se fundía con las sombras, mi cuerpo adquiría sus propiedades, pero sin perder color, solo yo una fuente de luz entré sombras amorfas, moví mi cuerpo en direcciones raras asegurándome de tener la flexibilidad de los monstruos que habitan la noche.

-y bien...... Tu padre no puedo ni imaginar ganarle... Pero tú. Vere si estás hecha del mismo material.