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El emperador solitario y la prometida perdida.

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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty El emperador solitario y la prometida perdida.

Mensaje por Invitado Lun Abr 22, 2019 6:37 am

En tiempos remotos, donde la fantasía era la realidad. Donde los bardos cantaban el folclore de la ciudad. Existió en un palacio, un emperador descendiente de los más bárbaros guerreros y las más bellas mujeres. Sus ojos grises que a la luz de la luna eran plateados, su cabello negro largo trenzado en una larga coleta, su barba larga y su sonrisa provocadora, además de su físico brusco,su actitud ruda y tosca le daban el título de el macho alfa, emperador de las tierras plateadas.

El emperador cada noche, al finalizar la faena de las fiestas y tomaderas que hacia en la sala del trono de su palacio y después de expulsar a todos, hasta los sirvientes y dejar el palacio solo, salia al balcón de su alcoba, cubierto con sus ropas de finas sedas rojas y plateadas con detalles en bordado oro que caían delicadamente por su musculosa espalda marcada con cicatrices de guerra. Se recargaba, mirando a la luna llena, con una copa de oro llena del más exquisito vino.

Miraba con lo que parecía ser tristeza o aburrimiento a su acompañante nocturna. Podía tener todas las riquezas que quería, reinos enteros le respetaban, damas y princesas lo buscaban para despojar matrimonio, pero nada de eso llenaba ese vacío de soledad que aun sentía.

Bebió de un trago su fuerte y delicioso vino, comenzó a caminar a su alcoba, y olvidando todos esos pensamientos nostálgicos, cayendo plácidamente dormido en su sedosa cama.

Al día siguiente, ya por la avanzada mañana, descansaba en su trono, mirando a las hijas del sultán que bailaban para él. Entretenido, ordeno que nadie le molestara a menos que fuera algo sumamente importante, casi al finalizar el espectáculo, uno de sus más confiables hombres, entro corriendo y solicito De rodillas la atención de su señor.

-Mi Emperador, Tengo buenas nuevas para usted, Lamento interrumpir a sus majestades descendientes del sultán pero es algo de urgencia -

Exclamo el guerrero de rodillas con Voz fuerte Al otro lado del salón, el sultán comprendió y se retiro con sus 7 hermosas hijas reverenciando al emperador, Este, sorprendido por la urgencia de acomodo en su trono y ordeno que le mostrarán y dijeran que ocurría.

Cual fue su sorpresa al ver a sus hombres cargando una enorme jaula en la cual en su interior una joven de cabellos sumamente largos negros, piel tan blanca como la luna, y cuyas ropas tan largas y extrañas que recordaban a los lejanos países de oriente, cuyos bordados eran claramente de oro, y todas las telas de tantos azules que nunca había conocido, vestían a la joven que se encontraba aprisionada. Tranquilamente sentada, con la cabeza gacha. Los fuertes guerreros colocaron frente al primer escalón de donde se encontraba el trono y su dueño, la Enorme y pesada jaula con la joven dama dentro. Está, noto como la dejaron frente al emperador y con el debido respeto se inclinó frente a él.

-Si se me permite, me presentare-

Dijo con una delicada Pero a La vez melodiosa voz, El emperador sonrío, esa sonrisa que ponía era la que derretía a millones de sus pretendientes, Todas anhelaban al dueño de esa sonrisa.

-Hazlo, Golondrina encarcelada -

Dijo con su voz grave, fue lo único que se escucho en toda la sala, el silencio reinaba mientras veía a su nueva y temporal adquisición. Era común, a los reinos lejanos les arrancaba un tiempo sus tesoros, reafirmando que era el quien gobernaba, sabia que si sus hombres traían a esa chica, era por que algún reinado la apreciaba tanto como a un tesoro.

-Mihelna Floreal, Señor Emperador, Del Reino del Fuego al otro lado del mar.-

Dijo la joven dama aun reverenciado, El emperador vio que no forcejeaba, así que con la mano ordeno que la liberarán, abrieron si jaula y uno de sus guerreros tomándola del cabello la jalo bruscamente lanzadola contra las escaleras del trono.

La chica no se quejo del dolor, no hizo ruido alguno, en cambio, quien lo hizo, fue el emperador, Que al ver como trataban a su educado nuevo tesoro, se cego de una colera.

Se puso de pie y fue directo al soldado, golpeándolo con su puño derecho y dejándolo noqueado en el suelo, sangrando de la boca.

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Última edición por FallingSkies el Sáb Abr 27, 2019 10:27 am, editado 1 vez

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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty ~Acompañante Nocturna~

Mensaje por Invitado Sáb Abr 27, 2019 10:26 am

Cápitulo 2.
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Habían pasado ya meses desde que la joven vio por última vez al emperador. Se encontraba en la habitación del mismo, contemplando la luna desde el balcón, ya que la vista era totalmente diferente a la de su alcoba, que se encontraba frente la de Alcander. Llevaba ropas de su tierra de colores rojos y dorados, un extravagante pero a la vez elegante arreglo de flores y listones se posaba en sus cabellos negros largos, El color rojo era el preferido de Mihelna, y el representativo de su tierra y su reino. La dama observaba tranquila a la compañera nocturna de su dueño, suspiraba, dejando notar lo que parecía ser aburrimiento o un vago sentimiento de melancolía. Una de las criadas toco suavemente la puerta, pidió entrar y le dejo, con su permiso, a Mihelna una copa llena de un vino dulce característico de las tierras plateadas. La chica agradeció y la criada se retiró, Tomo la copa en sus delicadas manos mientras regresaba al balcón, con cada trago recordaba que hace 8 meses Alcander se dispuso a retirarse a luchar.



-No gobierno a base de tratos niña, gobierno a base del miedo y respeto- Dijo mientras descaradamente bebía toda una copa de vino y pedía que la llenaran al tope, su oscura barba estaba goteando un poco de la bebida que tomaba de manera brusca. Sentado en su trono, con Mihelna a su lado.



-¿Siempre es a base de miedo?-

Pregunto la joven, mientras atenta esperaba la respuesta, Ella poseía una copa por mucho más pequeña que la de Alcander, la cual estaba llena de un jugo natural de naranjas silvestres que habían sido recolectadas esa misma mañana. El emperador la miro, sus ojos grises desgarraban el alma de cualquiera cuando se quedaba mirando fijamente. Se limpió la boca y la barba empapada, Se acomodó en su trono e irguiéndose, se colocó frente a frente de la chica. Podía sentir la respiración pesada, como de un animal apunto de matar a su presa, Mihelna se quedó quieta mirándolo fijamente, sentía temor, tal y como los rumores contaban. Aunque fueras el ser más poderoso del mundo, frente a los ojos de Alcander, eres un ser pequeño, frágil y fácil de asesinar.



-Prefiero que sea por miedo que por Traición.- Dijo Alcander, se acomodó en su trono, y siguió bebiendo. Frente a el, se encontraban las mesas puestas, largas y anchas con tallados en su madera, y múltiples asientos para sus guerreros, todos celebrando y bebiendo. Como una noche normal, con la diferencia de que al día siguiente partirían a conquistar los reinos del Norte, que les habían declarado la guerra por su independencia. Alcander no soportaba esto, por ello organizo aquella cena para celebrar lo que era una obvia victoria.



Mihelna miraba a su dueño, ya habían pasado 3 meses desde que llego ahí, y desde el incidente con uno de los guerreros, ya nadie del ejército se le acercaba. Todos recordaban la imagen del mismo, con la mandíbula colgado, goteando sangre, ahorcado en un enorme poste de madera, y además con símbolos de tortura.

La joven regreso al presente, después de recordar el ultimo día que vio a Alcander. El no daba noticias de nadie ni de los hombres de su ejército, Mihelna al igual que las mujeres,familiares y niños debían esperar por sus conocidos en el ejercito. Pero, Mihelna noto algo, todos ellos... Confiaban en que su emperador los traería devuelta.

Pasaron 2 semanas, y al igual que todas las noches desde su partida, Mihelna se la pasaba en el balcón esperando al Emperador, Las criadas creían que era por que se enamoró, como todas, del emperador. Pero esto no era verdad, La joven sabia lo dolorosa y temerosa que podría ser la guerra, y el desgarrador sentimiento de saber que la persona que esperas tal Vez no vuelva. Alcander era fuerte, lo sabia, las leyendas que cantaban los bardos lo decían, pero, seguía siendo humano. Sus cabellos negros ondeaban con la fría brisa de la noche, solo llevaba un vestido blanco de sedas largo de cuello en V, sin mangas, y sobre sus hombros, la característica capa de hilos de oro y telas que eran tan raras que ni su nombre podría pronunciar, de color rojo aterciopelado y oro brillante, Ella podía sentir esa calidez tan embriagadora, aunque seguramente era el vino que bebía lo que provocaba esto.

-Regresa con bien y victoria. -

Murmuro cuando, vio a lo lejos los barcos de los guerreros regresando, con la bandera alzada con honor, mostrando el símbolo del Imperio de las tierras plateadas. Mihelna sonrío, apago las velas de la habitación de Alcander y se fue a la suya, dejando en el tocador la copa de vino ya vacía y acostándose en la suave cama cubierta por la capa del emperador.

Ya después de despedir a sus soldados, revisar el castillo, y dar las ordenes correspondientes, Alcander entro a su alcoba, Él solía vestir dos capas, La aterciopelada con hilos de oro y una negra con plateado, símbolo de sus tierras, hecha con un hilo y tela tan negros como la noche misma y adornada con bordados de plata pura. La segunda capa, era la que llevaba a la guerra misma, la dejo sobre la cama y cuando, terminado ya su baño en los manantiales del castillo, regresando a su habitación, con su cabello suelto y su barba goteando, noto que su capa roja no se encontraba en el lugar de siempre.

- ¡Tú! ¡¿Donde está mi capa roja? !-
Le pregunto a una de las criadas que esperaban fuera de las puertas para cualquier situación que necesitaran el emperador o sus tesoros.
-La dama Mihelna la llevaba puesta, Creo que la dejo en su habitación Mi Señor-

Alcander asintió y le ordenó retirarse, entro al cuarto de Mihelna y la vio descansando plácidamente en su cama, Sus cabello negros la hacían ver más pálida de lo que ya era, su figura era pequeña comparada a la del Emperador, Este sonrío y le quito la capa de un jalón, poniendosela como de costumbre sobre los hombros. Mihelna estaba profundamente dormida ni siquiera sintió como la tela fue arrancada de sus brazos, a pesar de que la estaba abrazando.
El emperador se fue de su alcoba, no sin antes darle un beso en La frente, este gesto, en el reino de Alcander era una señal común entre guerreros, Se le daba a aquella persona que estuviera esperando el regreso de la guerra. Los esposos se lo hacían a sus mujeres y niños, Los que eran criados por sus abuelos se los daban a ellos, y los que eran huérfanos se lo daban a aquel que haya cuidado de ellos de jóvenes o algún amigo que no fuera del ejército.
Alcander tenia un buen sentimiento, aunque se sintiera solo, se alegraba de que Mihelna lo haya esperado, pues muchas veces se daba cuenta que las mujeres que le traían, se iban en el lapso de tiempo que se iba a conquistar otras tierras. No le gustaba para nada cuando sucedía eso y tomaba acciones contra el reino de donde venían.

-Agh que niña tan fastidiosa-

Dijo Alcander mientras se estiraba, y cerraba la puerta de la habitación de Mihelna sin despertarla. El emperador entro a su alcoba, cerro la puerta y se lanzo a la cama, durmiendo profundamente, Alegre de haber conquistado otro reino.

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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty Re: El emperador solitario y la prometida perdida.

Mensaje por Slyfersakura Dom Abr 28, 2019 12:37 am

Interesante propuesta.
Extraño una buena guerra, aunque era divertido enviar aquí ejercitos a masacrase unos a otros, a la hora de velar por las verdaderas fuerzas, casi nunca pude lucirme. u-u
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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty Re: El emperador solitario y la prometida perdida.

Mensaje por Invitado Dom Abr 28, 2019 5:51 am

Spoiler:

Gracias por el interés.
Tuviste alguna guerra en la que dijeras "Tarde mas en llegar que en ganar"? A Alcander suele pasarle eso.

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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty ~Tradiciones~

Mensaje por Invitado Sáb Mayo 11, 2019 7:10 am

En la sala de banquetes, que era solamente usada por el emperador, habían colocado ya en la larga mesa de madera, platillos enormes y exquisitos, todos de carnes de todo tipo, postres deliciosos que difícilmente llegarían a empalagar a alguien, y múltiples bebidas aun en sus botellas cerradas. Mihelna se hallaba sentada comiendo tranquila la carne que le sirvieron, y a su lado, en el extremo de la mesa, se encontraba Alcander, que por costumbre se debían sentar ambos de lado contrario a cada uno, pero el emperador prefería tener a su tesoro a un lado suyo.
-¿Todo bien? Golondrina-
Pregunto este, bebiendo vino y comiendo una pierna enorme de carne que el mismo había cortado. La joven lo miro, esta vez no traía sus ropas tradicionales, solo un vestido blanco, con el que durmió la noche anterior.
-Solo… Me preocupe por el tiempo en el que te fuiste, Espero hayas obtenido una Victoria sin perdidas-
Le respondió amablemente mientras continuaban comiendo, la fresca mañana se notaba mediante los ventanales enormes de la sala, las criadas no se encontraban, pues a esa hora solo sirven la comida y se van a limpiar y preparar el castillo entero o tomar descansos.
-Obviamente lo fue, mis guerreros son los mejores, fui con mi garrote preferido y aplaste la cabeza de todos los que se negaron a seguir conmigo, Fue genial, A uno lo acomode perfecto, fue el golpe más brutal que di, Debiste verlo, ¡Exploto como una sandía! !Jajajaja!- Le contaba a Mihelna mientras aplasto y destrozo una sandía entera que se encontraba en la mesa -Después de eso, ¡Nadie quiso enfrentarnos! Tarde más en llegar que en hacerlos entender que no pueden independizarse de mi- Dijo llenándose la boca de carne y vino y mirándola riéndose.
Mihelna se notaba algo nerviosa, tomo un respiro y miro a Alcander
-Emperador, necesito pedirle un favor o un permiso más bien…- El emperador dejo de comer y la miro
-¿Qué sucede?- Le pregunto este, mientras se secaba y limpiaba la barba de los restos de sandía que le cayeron encima
-En mi reino…se acerca una fecha muy importante y…es una tradición que seguimos, me gustaría estar presente este año, Pero, con la excepción de ehm- Se le veía nerviosa, no eran nervios de miedo, sino de una joven pidiéndole a un caballero salir a bailar en el festival del pueblo, algo impropio, pero no era raro. -Tu reino..El de fuego ¿no? Eh escuchado que los festivales y fiestas allá son de días enteros- Menciono Alcander para tranquilizarla un poco y no hacerla sentir incomoda -Así es, vera...- un atisbo de alivio se reflejo en su semblante, tomo un respirado y continuó -Quisiera que me acompañase, Para que conozca de dónde vengo, y se divierta, merece un descanso después de la guerra ¿Le parece?- Mihelna tenía la mirada alegre, su piel pálida, era adornada por un rubor de un suave rosa, La joven de apenas 18 años, se encontraba alegre de poder hacerle tal invitación al emperador. Este se quedó pensando mientras comía los trozos de sandía. Sus ojos de color grisáceo miraban al vacío, Mihelna se sentía inundada de un extraño sentimiento de ansía y miedo, ya se iba a cumplir un año de estar en el reino del Emperador Alcander, pero 8 meses de los 12 los paso sola, conociendo al pueblo del mismo. Al mirar sus ojos era imposible para ella pensar que ese emperador era pintado como cruel y despiadado, si lo que tiene lo ha ganado con honor y gloria. "Es fuerte más no malvado" pensó para si, mientras esperaba la respuesta de Alcander.

-Iremos.-
No dijo nada más, se quedaron en completo silencio ambos, ella se alegro de saber que volvería a ver a su gente y sus festivales, y él, quería conocer más de esas tierras, no solo los campos donde peleó, si no, que clase de gente habitaba ahí para que la Golondrina que yacía a su lado, comiendo alegremente, le hipnotizará tanto. No era para negarse que la belleza de la chica había captado el ojo de muchos, sus modales ante el emperador eran de lo más finos, y por si fuera poco, cuando ella llego encarcelada, No mostró ningún sentimiento...

-Quiero saber...-

La voz de su compañero masculino la sacó de sus pensamientos y dirigió la mirada hacia Alcander. -Que clase de reino es en el que vivías- Menciono, al terminar de hablar, le miro con respeto y...

El lo vio, y puede jurarlo, el semblante de la golondrina se vio sombrío y vació, al escucharlo, sus actitud cambio, colocó una sonrisa forzada y la clara incomodidad que le hizo pasar esa frase gritaba por todos lados, las alarmas en la cabeza del emperador sonaron y antes de que pudiera siquiera corregir lo que quiso decir, ella se puso de pie, hizo una reverencia y se retiro.

Estaba solo con toda esa comida y bebida. No entendió bien que paso o que sucedió, y por primera vez en esos 11 meses que ella estuvo en su reino, se dio cuenta que nunca le pregunto nada más, ni la razón de porque la consideraban un tesoro, o por que era tan sumisa si es la palabra que se podría utilizar a la actitud de tan fácil aceptar las cosas que le sucedían. Un sentimiento de irresponsabilidad lo llenó.

Estaba encantado con ella pero no sabia absolutamente nada de donde provenía.

Termino de comer, y Alcander mando a llamar a todos los eruditos de su imperio, y les pidió que entre todos, reunieran y clasificaran la información sobre el Reino de Fuego lo más pronto posible, necesitaba saber si había algún registro de Mihelna o siquiera algo de su padre, un Rey que solo sabia que era muy tradicional. Todos los investigadores, maestros, alquimistas, se juntaron en equipos y comenzaron a buscar libros, imágenes, mapas y todo lo que estuviera en bibliotecas y libros públicos y privados para lograr cumplir con la petición del Emperador.

Ya llegada la noche, Alcander leía los grandes tomos que le dejaron, en el escritorio de su alcoba, yacía envuelto de papeles, mapas y paginas de información del reino de fuego. Hasta había leído sobre su fundación, cultura, tradiciones, comprendió de que trataba el festival al que irían y por que la emoción de Mihelna, la historia de su pueblo la tenía bien entendida...Pero la de esa familia no.

"Floreal Jannu fue el fundador del reino, un guerrero diplomático que peleo en un duelo por esas tierras y lo gano justamente, se dice que su espada fue envuelta en llamas al momento de su victoria y calcinó por completo a su rival." Leía en voz alta Alcander mientras observaba paginas con ilustraciones y reproducciones de los retratos hablados del fundador de la familia Floreal.

"Su esposa, fue la que dio comienzo al legado de hermosos herederos de su linaje, de cabellos rojizos y ojos brillantes, la familia Floreal siempre se caracterizo por que todos sus herederos poseían el cabello pelirrojo de la esposa de Jannu y los ojos ambar de Floreal Jannu" Alcander alzó una ceja y continuó con su lectura.

"El festival de la Gota de Sol, permite recordar el día en el que Floreal Jannu venció a su rival con un hermoso fenómeno natural de la tierras de fuego, cuando los bosques y plantas, se cubren de colores cálidos dando la sensación de estar en llamas, en este festival es común..." de nuevo, Alcander quedo desconcertado con cada párrafo que leía sobre una recopilación mas reciente del Reino de Fuego, escrito especialmente para los jóvenes en época de estudios de esas tierras, era extraño, pues ciertos detalles mencionados ahí no concordaban con los otros papeles que sus eruditos le habían otorgado.

-Si eres un reino en contra de las guerras, que hasta diste a tu hija como ofrenda de paz...Por que celebras duelos con jóvenes...- Las palabras en el libro escritas, señalaban que ese festival eran común 2 cosas, el baile de la Gota de Luna y el duelo de la Gota de Sol. Altamente contradictorios y con orígenes distintos, el emperador termino ese segmento del libro llegando a la conclusión que tal vez las Tradiciones cambian conforme el tiempo y el rey, continuó y por fin llego al apartado de su interés.

"Arbol Familiar de la Familia Real Floreal" múltiples retratos pintados cuidadosamente se mostraban en las siguientes paginas que abarcaban este tema, y en la ultima rama, la más reciente, yacía el retrato del actual Rey, un hombre relativamente mayor pero bien conservado, de no mas de 40 años, con cabellos rojos y una linea blanca de los mismos, aparentemente de canas perfectamente alineadas en un solo mechón, su cabello era recogido en una coleta baja larga, sus ojos eran de color ámbar, igualmente su mujer, poseía un cabello blanco ondulado, con ojos del mismo color que su esposo. El Rey Nemu y la Reina Arlegia. No tenían ningún parecido, ni siquiera mínimo a Mihelna. Alcander comenzaba a sobresaltarse, realmente, era extraño, el semblante de horror, la incompatibilidad de su apariencia con su familia, las tradiciones del festival... Algo no cuadraba, y después lo vio.

"Mihelna Floreal, ultima en la línea de sucesión y única mujer de los descendientes del Rey Nemu" Sus hermanos, por que al parecer los tenía, eran 8, todos poseían cabellos rojizos, de distintas tonalidades pero rojizos, sus ojos igualmente eran de un Ámbar precioso, fácilmente a la mitad de ellos se les podría hacer pasar por mujeres sin ningún problema pero, Mihelna no encajaba, su cabello negro era corto, sus ojos en el retrato parecían muertos, ella...


Era diferente a su familia...A absolutamente Toda la familia real.

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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty Re: El emperador solitario y la prometida perdida.

Mensaje por SOFIA SOPHITIA Sáb Mayo 11, 2019 8:39 am

Bueno, veo que si hay una historia interesante aquí.
Y me agrada tener las mismas dudas que el rey, una nación guerrera que no dio pelea, una hija que parece ilegitima, vamos a esperar como continuas estas historia.
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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty ~Conocerse~

Mensaje por Invitado Dom Mayo 19, 2019 6:21 am

Mihelna se encontraba en su alcoba, y podía oír al otro lado de la pared los gritos de enojo de Alcander, no sabia que hacer.

Después de haberse retirado de la comida, Mihelna paso el resto del día encerrada en su habitación leyendo libros, preparando sus maletas para el viaje al Festival, y tomando algunas caminatas. Evitaba volver a recordar lo que dijo el emperador, después de lo que sucedió un escalofrío le recorrió horriblemente su espalda y no podía permitir que el miedo la invadiera y la congelará.

No de nuevo.

Sus cabellos negros caían por sus hombros, y su mirada plateada se quedaba fija en aquella figura blanquecina con ropajes orientales que se paseaba por los jardines, Alcander no podía quitarle la vista de encima a Mihelna. -Mi señor, con su permiso- Uno de los trabajadores del barco entro a la alcoba del Emperador y se le acerco al balcón, acompañado de las criadas en turno. -Los preparativos están casi finalizados señor,  hoy al anochecer el barco estará listo para zarpar en cuanto lo solicite- El emperador ni siquiera le miro, asintió con la cabeza, y acompañado de las criadas, el joven se retiro. Alcander no podía dejar de pensar en lo misteriosa que era el aura que envolvía a Mihelna, pero algo dentro de él le decía que en sus tierras, tendría las respuestas que buscaba.

Los grandes cofres y bolsones de piel que conformaban el equipaje del emperador, se hallaban ya listos siendo embarcados en las profundidades del barco, junto con los pequeños cofres finos de terciopelo que conformaban lo de Mihelna. Alcander mandó a que sus vestidos y ropajes del día a día fueran hechos a medida con el estilo tradicional de las tierras plateadas. La joven no puso ningún pero, extrañamente, le gustaban esas ropas más que los grandes kimonos que normalmente era obligada a usar.

Subiendo por la rampa, Alcander sostiene la pequeña mano de Mihelna y la ayuda a incorporarse en el barco, que aunque tosco y enorme, era bastante elegante -Como tú- Mencionó dulcemente la chica mientras miraba a su dueño. Alcander no supo mas que sonreír orgulloso, pues le encantaba que le alimentará el ego de cuando en cuando. La luna plateada adornaba la noche despejada solamente cubierta con unas cuantas nubes que se asomaban tímida, la tripulación preparaba el barco,-Puedes pasar el viaje en la alcoba o disfrutar de una buena brisa marina- el pelinegro soltó suavemente la mano de la chica, ambos contemplando la bella noche, Mihelna se encontraba recargando sus brazos en las orillas del barco, cuando zarparon, sus ojos se iluminaron como bellas estrellas, Alcander nunca había visto tanta expresión en esa misteriosa figura, pequeña y elegante, su corazón sintió un retortijón.

Una marea sacudió el barco, Mihelna cerro los ojos, pues no tenia la fuerza suficiente para sostenerse y evitar caer, preparada para el impacto...Pero no sintió nada, al abrir sus orbes de nuevo, Alcander se encontraba sosteniéndola fuertemente con un brazo mientras con el otro se sostenía el mismo de las orillas del barco, le sonrió y la sujeto fuerte de su delicada cintura para que apreciará mucho mejor la belleza destructiva pero elegante de las olas que cubrían el vasto océano que atravesaban.

-Lo que paso...- Alcander no despega la vista del océano, el sonido del viento chocando contra las velas y las maderas crujiendo por el movimiento endulzaban los oídos de Mihelna, quien atenta, miraba a su dueño. -Ha pasado tiempo desde que estas aquí y no se nada de ti...Por eso hice el comentario que hice- el orgullo de Alcander se desvanecía con cada palabra, sin mirar a la joven que sostenía, abría su corazón a una cruel verdad. -Desde que llegaste, tu compañía y estadía han sido amenos, has sido un buen tesoro, una buena ofrenda, Y una buena mujer...- Los colores rojos empezaban a teñir el rostro de la chica, Alcander se dio cuenta que lo último podía totalmente malinterpretarse y mas para alguien sin experiencia, al voltear a la chica, vio el espectáculo de sentimientos que reflejaba, su cabello negro largo, recogido en un tocado de colores plateados y el vestido sencillo color blanco que llevaba solo hacia destacar el rojo de su rostro y orejas.

-¡¡En actitud enana, no en otro sentido!!- la marea había pasado, y solo quedaba un camino recto que el barco seguía tranquilamente.

En la alcoba, el emperador se encontraba ya recostado entre la cama de pieles finas y almohadones, veía como su golondrina peinaba su cabello ya suelto y se preparaba para dormir.

-Soy..la última de mis hermanos-
comenzó a decir, El hombre admiró la espalda y los cabellos de la chica, quien se notaba algo tensa pero decidida a hablar de si misma. -A como noté, mi señor, hizo su investigación, y juzgando por los gritos que me impidieron dormir aquella noche, se dio cuenta de que muchas cosas no concuerdan, no puedo darle tantos detalles, ni siquiera a mi me han dicho...pero si puedo contar mi historia...-
El peso en los hombros de la golondrina comenzaba a desaparecer suavemente, acomodaba su cabello de lado, sobre su hombro derecho y se giraba para afrontar la mirada profunda y atenta de su dueño.

-Desde que nací fui diferente, desde que crecí, me negaron educación, convivencia y comprensión, Las criadas y matronas fueron las que me dieron todo ello...-

El emperador comenzaba a atar cabos en su cabeza conforme miraba los dulces labios de su posesión expresarse. -Viví en un lugar separado de mis hermanos, pero estaba obligada a presentarme socialmente con todos ellos, cada que me equivocaba en algo de tema político o en modales, El rey me castigaba como tal, cuando usted mi señor, amenazó con castigar al pueblo si no se entregaba algo, decidieron deshacerse de la basura de su última hija y catalogarla como un tesoro...Sé que no soy realmente lo que esperaba, lo único que puedo hacer es comportarme con usted y cumplir con mi deber, estar a su lado y atender sus indicaciones...El Rey mintió con respecto a mi para salvar a su pueblo y...-las lagrimas caían sin detenerse por las mejillas de la chica, Alcander se puso de pie, y temerosa de que este desquitará su ira con ella, levanto sus manos para cubrirse, pero solo una calidez la envolvió.

El emperador abrazaba a la golondrina encarcelada, limpiaba sus lagrimas suavemente y sin expresión alguna, la llevaba a la cama para arrullarla y seguir sosteniéndola mientras dormían. Mihelna solo sentía la respiración y los latidos del emperador, relajantes y tranquilos, que transmitían seguridad llevándose con ello su miedo e inseguridad.




Por si la actitud de Alcander no concuerda con su imagen, hago una pequeña aclaración, Ya va a cumplir un año de estar con Mihelna, y aunque estuvo lejos, Alcander siempre pedía cartas e informción de como estaba mihelna. Indirectamente, le agarro cariño y la cuido.

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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty Re: El emperador solitario y la prometida perdida.

Mensaje por SOFIA SOPHITIA Lun Mayo 20, 2019 10:29 am

Me gustaría creer que entre ambos esta naciendo algo, y si es tan cruel el emperador, las cosas se pondrán peliagudas cuando lleguen a esta nación.
Gracias por la nota de aclaración, estaba pensando que solo habian pasado semanas.
SOFIA SOPHITIA
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El emperador solitario y la prometida perdida. Empty Re: El emperador solitario y la prometida perdida.

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